Author: Michelle Weiler

¿Recuerda alguna experiencia cuando se enteró de la enfermedad de algún ser querido o conocido que le causó gran impresión? Quizás algún diagnóstico de cáncer u otra enfermedad grave, o alguien mayor que de repente tiene que estar en cama.

No siempre es fácil saber qué decir o qué hacer en esas situaciones.

Algo que no podemos subestimar es el poder que tiene un acto de bondad, por pequeño que sea: compartir unas palabras de aliento, enviar un mensaje de apoyo, mandar una tarjeta con oraciones de sanación, o simplemente acompañar a la persona, en silencio. Cualquiera de estos gestos, cuando se hacen con amor, Dios puede multiplicar sus efectos y derramar gracias y bendiciones sobre la persona, y también sobre usted.

¿Hay algún ser querido o conocido que necesite sanación, ya sea física, mental o espiritual en este momento? Si conoce a alguien, le invito a que encomiende a esa persona al cuidado de la Virgen de la Medalla Milagrosa.

También puede usar esta Tarjeta de sanación para expresarle a esa persona que la tiene en sus oraciones, y que ha pedido a la Virgen María que la cuide y la proteja. Al enviarle la tarjeta a esta persona especial, también enviar sus intenciones de oración para orar por usted y por esta persona en nuestro Santuario.

Hace algunas semanas, un miembro de la Asociación escribió sobre lo que puede lograr un gesto de amabilidad.

Estimado Padre, a la mamá de un compañero de trabajo la diagnosticaron con cáncer de pulmón en la etapa 4. Mi esposa y yo le enviamos la tarjeta de sanación y encendimos una veladora en el Santuario de la Medalla Milagrosa por ella. Además, yo recé el Rosario con confianza en petición por su sanación. Mi compañero de trabajo ya no se considera católico, pero aun así le di la tarjeta de sanación y una medalla milagrosa para que se la diera a su mamá. Le aseguré que su mamá estaría en oración en el Santuario de la Virgen. Hace poco, su mamá fue a su cita al doctor y le dijeron que el cáncer había desaparecido por completo. ¡Ese sí que es un milagro! Quiero dar gracias a la Virgen María por su intercesión y a los sacerdotes Vicentinos por sus oraciones. Le dije a mi compañero de trabajo que había sido un milagro, aunque aún tiene sus dudas. Por favor sigan orando por él para que pueda reconocer las bendiciones de Dios.

Puede usar la Tarjeta de sanación y enviarla a alguien que necesite la intercesión de la Virgen. Aquí puede enviarme el nombre de esa persona, junto con sus propias peticiones de oración. Nosotros recordaremos a esta persona, así como a usted y sus intenciones, en nuestras misas y oraciones diarias en el Santuario.

También puede solicitar que se encienda una veladora en nuestro Santuario por su ser querido y sus peticiones.

Gracias por dejar que la Familia de la Medalla Milagrosa le acompañe en oración por sus seres queridos con necesidad de sanación. Ruego a Dios que siga bendiciéndole a usted y a su familia, especialmente cuando más lo necesiten.

Siempre con la Virgen María,

Rev. Prudencio Rodríguez de Yurre, C.M.
Director Espiritual

P.D. Por favor use la Tarjeta de sanación adjunta para alentar y consolar a un ser querido en los momentos difíciles. Y recuerde enviarme el nombre de la persona  que necesita oración, así como sus propias intenciones y peticiones.

Desde la antigüedad, y de acuerdo con las Sagradas Escrituras, el aceite se conoce como un elemento que limpia, devuelve la integridad a una persona y la llena de salud y fortaleza. El aceite es símbolo del Espíritu Santo, que sana y llena de fuerza en los momentos de mayor necesidad.

Por favor considere la opción de recibir o compartir el Aceite Bendito de Nuestra Señora. Este aceite ha sido tocado por una reliquia de santa Catalina Labouré de primera clase y bendecido en el Santuario Nacional de la Medalla Milagrosa.

Puede usar este aceite para ungirse usted, ungir a un hijo o usarlo en familiares o amigos que necesiten el cuidado de Nuestra Señora y el amor sanador de Dios. El aceite puede usarse para cualquier situación, no solo para momentos de enfermedad.

Me gustaría compartir con usted este testimonio de un miembro sobre el uso del Aceite Bendito.

“Cuando mi esposa estaba en cuidados paliativos, a menudo se sentía muy incómoda entre dosis de sus medicamentos. Yo le untaba el aceite bendito en la frente y cada vez que lo hacía, parecía darle calma y aliviar su dolor”.

Usar el Aceite Bendito es un símbolo de fe. No es un amuleto de sanación, sino un acto de confianza en Dios en oración. En el Salmo 23:6 leemos estas palabras de gratitud: “Con aceites perfumas mi cabeza y rellenas mi copa. Irán conmigo la dicha y tu favor mientras dure mi vida”.

También puede enviar sus intenciones por usted y por aquellos seres queridos en su vida que necesiten alivio físico, mental o espiritual. Nosotros los recordaremos en nuestras misas y oraciones diarias aquí en el Santuario de la Medalla Milagrosa durante el tiempo que sea necesario.

Si desea recibir más Aceite Bendito, puede solicitar una botellita de media onza, con una ofrenda de $17. También puede solicitar que se encienda una veladora por sus intenciones en el Santuario de la Virgen.

Cualquier ofrenda de apoyo a la Asociación de Nuestra Señora nos ayuda a seguir promoviendo la devoción a la Virgen y a su Medalla Milagrosa. También nos permite mantener el Santuario de María con reverencia y dignidad, y apoyar los ministerios de fe y esperanza de los Misioneros Vicentinos.

Las personas a menudo usan el Aceite Bendito como señal y símbolo de las gracias que María promete a quienes buscan su maternal intercesión. Solo basta con salir a la calle y ver los noticieros para darnos cuenta de lo necesaria que es la intervención de María en el mundo.

Que la Virgen María, salud de los enfermos, obtenga para usted consuelo, sanación y esperanza hoy y por mucho tiempo. ¡Estaré pendiente de su respuesta y sus intenciones de oración!

Siempre con la Virgen María,

Rev. Prudencio Rodríguez de Yurre, CM
Director Espiritual

P.D. Solicite y use el Aceite Bendito adjunto como señal y símbolo de las grandes gracias que la Virgen María promete para todos los que recurren a ella con confianza buscando su intercesión.